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Cuando Jean Rédélé diseñó el Alpine presentó una especificación simple basada en un coupé 2+2 (para ofrecer mas confort que el anterior A110). Además añadió una serie de mejoras técnicas y unas líneas en la carrocería que dotaban al diseño de una intención de pasar a la posteridad. Una de sus múltiples señas de identidad son, como no, las ópticas compuestas por seis focos cubiertos bajo una afilada nariz transparente. Este modelo en el típico color Azul Alpine le brinda al original digno homenaje. Disfruta de su interior a través de las puertas que se pueden abrir, levanta la luna trasera y accede al vano motor levantando la bandeja que lo cubre.
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